Parte II

No sabía qué pensar... ¿Tendría que correr y decir, como en las novelas mexicanas -Oiga señora, se le ha caído esto, y no enterarme de qué quería decir esa nota? ¿Tendría que guardarla y no decir nada? ¿Tendría que cantar?
Ninguna me convencía. Miré la nota mil veces, hasta que la mano de Julia en mi hombro me sobresaltó.
-¿Qué tenés ahí?
-¡Callate! ¡Mirá lo que se le calló a la vieja!





- Si, que linda foto.
- Si si Julia, muy linda. Pero fijate en la nota.
- ¿Y qué querés que hagamos con esto Jude? No es cosa nuestra, yo que vos la dejo donde estaba y me voy.
- Dale Ju, no me digas que no tenés ganas de saber lo que es.
- Capaz no es nada
- Capaz que si.
- Yo que vos la dejo donde está.
- Bueno, está en mi mano ahora. Si no querés no hagas nada. Pero yo quiero saber.
- ...
- ¿Entonces?
- No me voy a meter... demasiado.
- ¡Te amo! ¿Por dónde empezamos entonces?
- Y no se... Vamos a seguir a la vieja.

Entonces Julia y yo salimos de la heladería. Distinguimos a la señora a pesar de que nos llevaba una cuadra de ventaja. Agradecí al macrocosmos de que sea tan lenta para caminar.
Nosotras la seguíamos de cerca pero disimuladamente. Por suerte no caminó demaciado.
Paró en una casa que parecía abandonada. Sucia y deteriorada. Convinaba con ella.
Entró.

- Y ahora qué hacemos?
- Y.. No se.. Vamos a buscar una ventana.

Había una como en la mitad de la pared, ninguna de las dos alcanzaba. Tuve que saltar, treparme y asomarme a penas.
No veía nada interesante. Ella dejaba sus cosas arriba de la mesa, y calentaba agua. Lo mismo que hace mi abuela.
Pensé que no valía la pena tratar de seguir aguantando colgada de la ventana. Asi que bajé.

- ¿Y? ¿Viste algo?
- No, nada importante.
- Entonces, ¿Qué hacemos?
- Me vas a querer matar... Pero yo digo que tendríamos que entrar.
- ¿Ahora?
- No, ahora no. Ya es re tarde, tengo que volver a mi casa. ¿Mañana podés salir?
- Tengo que preguntar, pero seguro que si.
- Bueno, entonces nos vemos mañana en la heladería.

Fuimos hasta la parada, tomamos el colectivo. Cada una se bajó donde debía.
A penas llegué a mi casa hice un saludo general y me encerré en mi pieza. Revisé todos los policiales que tenía, y cada vez la idea de encontrar a un asesino suicida me gustaba más.
Miré la nota y la foto. Y me di cuenta de que ninguna de las dos sabíamos en qué nos estabamos metiendo.

2 comentarios:

Adeline dijo...

*Aplauso* Jajaja muy bueno eh.
Te amo mucho RMV ♥

Cam B. dijo...

La vieja estaba hecha chota (? .
Quiero el 3 :D

Beso :B